jueves, 22 de octubre de 2015

LA ACHICORIA NO ES CAFÉ

Tuvo buen tino Rajoy cuando decidió poner en fecha de diciembre las elecciones. Así nadie se lleva a engaño, lo que se diga en campaña electoral serán como los precios de la temporada, para después queda enero con sus rebajas. Eso, por desgracia, ha entrado ya en el terreno de las costumbres, hemos interiorizado que es así: las palabras en campaña valen por menos tiempo que la declaración de amor eterno de un adolescente. Lo nuevo en este turno es que ya no se espera, las palabras pasan a ser menos y menos antes de la fecha prevista. Incluso, en ocasiones, la rebaja de la propuesta consiste en cambiar el producto por uno de menor calidad y seguir llamando café, tras haber prometido café, a la achicoria. Es el caso de Podemos y la renta básica de ciudadanía. Esta medida -un ingreso pagado por el estado a cada miembro de la sociedad- para ser considerada como tal ha de tener cuatro características: ser universal, individual, incondicional y suficiente.
Fue una de sus primeras propuestas. A pesar de su apariencia transgresora, no es nada revolucionaria; no deja de ser una medida que refuerza el estado de bienestar inserto en un modelo capitalista. Pero es lo que es y no otra cosa. La nueva propuesta, completar hasta llegar a 900 euros los ingresos de los trabajadores con sueldos inferiores a esta cifra, es otra cosa bien distinta y, me temo, con una filosofía absolutamente diferente. Esta limosna, por bienintencionada que sea, lamina los derechos y vacía las palabras. Es una forma, otra, de transferir renta desde la clase trabajadora al capital. Ese complemento llevaría, inexorablemente, a un abaratamiento del trabajo y a un adormecimiento de los trabajadores. El empresario puede tirar el sueldo por los suelos –ya pagará el estado la diferencia- y el trabajador, por las mismas, no necesitaría reivindicar el valor de su tarea.
Tergiversar los términos es otra forma de quitar valor; llamar algo a lo que no es, supone una desvalorización al esfuerzo de quienes luchan por un objetivo. Con todo, lo dramático es lo que queda patente: en esta sociedad de la recuperación existen cada vez más personas que, aun trabajando, son pobres.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 22-10-2015

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