jueves, 6 de octubre de 2016

EL FACTOR HUMANO


Parece ser, así es la información que se transmite; así, el nudo de cualquier conversación sobre el asunto, que las organizaciones políticas son entes homogéneos, maquinarias puestas a disposición de un objetivo. Todo lo más, cuando la maquinaria gripa, somos capaces de vislumbrar una especie de mitosis de la que surgen dos mecanismos (igualmente homogéneos que la célula madre). A veces, sin embargo, ¡vaya usted a saber!, todo es más simple o más complejo: estas organizaciones caminan por el sendero que marca el factor humano de sus componentes y los seísmos internos se producen cuando los culos temen que las sillas se escapen.

Los odios y las ambiciones personales pueden más que las razones. Pedro Sánchez accedió a la secretaría general del PSOE no por ser sino por no ser. La balanza del voto se inclina con más frecuencia hacia el lado que evita lo que no deseo que para el que se produzca lo que quiero. No es nuevo, en su día, el mérito del propio Zapatero fue no ser José Bono, Matilde Fernández o, por supuesto, Rosa Díez.
Pero una vez Pedro tuvo el cargo, las cosas cambiaron. Como Juan XXIII, elegido Papa por no ser Siri o Lercaro, por ser viejo y estar enfermo, desarboló su aura de provisionalidad y les montó un Concilio que cogió a todos con el pie cambiado. Susana, en estas, comprobó lo difícil que es mover los hilos cuando el títere está colocado por encima del marionetista.
Los hilos del poder se movían desde Andalucía y desde allí Susana Díaz comprendió que no era su momento y decidió mover los hilos sin que se le viera mucho la cara. Necesitaba un regente, algún provisional que sirviera para una transición, que se llevase los golpes electorales que a buen seguro habrían de venir y que le permitiese posteriormente emerger desde Despeñaperros como salvadora. Sánchez, simplemente, no era Madina. Tenía, pensó Díaz, cara de marioneta.
Con los prebostes de Podemos y, sobre todo, de Ciudadanos –más factor humano- temblando ante el riesgo de unas nuevas elecciones que podrían dejarles en paños menores, a Pedro se le estaba poniendo cara de presidente. El provisional perpetuándose. Mucho para Susana. Había que cortar los hilos, lo malo fue que se le vio la cara…y las tijeras.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 06-10-2016

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