jueves, 25 de mayo de 2017

PASABA (DOS VECES) POR AQUÍ

Imagen tomada de elperiodico.com
Si fuera sincero consigo mismo, complacido por su fortuna caminaría tarareando al son de Aute ‘Si yo solo pasaba por aquí’. Ya sabemos por estas tierras que más vale llegar a tiempo que rondar cien años. No cabe duda de que Pedro Sánchez tiene el don de la oportunidad, por dos veces supo pasar por ahí en el momento propicio. Hace tres años -la hora fue, sin duda, lo que me hizo subir al ver la luz aún encendida-, Sánchez atisbó un leve centelleo en la escalera que da acceso al poder, miró el reloj, hizo un gesto de que sí, se atusó el pelo y comenzó a esculpir la figura necesaria para subir. Con un escoplo dejó impresa en su frente la palabra ‘provisional’, bagaje suficiente para recabar el apoyo de la nobleza de su partido. Ganó.

Según pasaba el tiempo, iba creyéndose su propia película. Cuando quiso tomar decisiones por su cuenta desoyendo el mandato de los padrinos, estos le recordaron que ‘quien paga, manda’. Achacaron que, con Sánchez al frente, el partido había obtenido los peores resultados electorales de su historia. Recalcaron lo cierto -los datos son los que son- omitiendo el contexto en que se producían –el PSOE había aguantado el derrumbe en Europa Occidental de los partidos otrora socialdemócratas-. Lo botaron.
Pedro se fue. En su caminar melancólico fue intuyendo que las bases de su partido tampoco aguantaban ‘este coñazo de Madrid’. Cambió el gesto. De nuevo puso cara de ‘yo solo pasaba por aquí’. Sonrió para sí y fue en busca de la militancia. La miró a la cara, le repitió mil veces ‘te veo muy distinta, es nuevo ese carmín, estás mucho más guapa’. Otra vez relució su ‘baraka’: en el momento indicado estaba en el lugar oportuno. Completó la labor diciendo lo que le era útil decir para conseguir lo que quería. Acertó con las palabras. Con ellas supo poner enfrente a los que primero lo auparon y luego lo derrumbaron. Ganó.

Lo que en realidad piensa Pedro Sánchez sigue siendo un enigma. Lo seguro es que el perfil actual del personaje político ha sido forjado por sus rivales a golpe de martillo: él representa, simplemente, lo que los otros no eran. Le dieron hasta que en este Sánchez redivivo se cumplió la definición del existencialista Sartre: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 25-05-2017

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