miércoles, 20 de diciembre de 2017

DE PUNTO A PUNTO EN ZIGZAG

Foto "El Norte de Castilla"
En un folio, la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta,_pero esa ley solo sirve en la hoja de papel. Fuera de ese amparo, las líneas que nos llevan de un punto a otro se trazan curvas o se dibujan en zigzag. Cuando creemos que todo está aprendido, la vida nos coloca en la tesitura de volver a empezar. Cuando creemos que hemos avanzado, alzamos la vista y vemos que el destino está más lejos que antes de partir. Cabe lamentarse, claro, incluso autojustificarse con  un discurso victimista e ir llorando por las esquinas maldiciendo la mala fortuna, lo mal que nos trata la vida, las zancadillas que nos ponen los demás. Y así, quedarse quieto. Cabe también levantarse, tomar nota, pensar, armarse de valor y arrancar de nuevo para reemprender el camino.

Anuar Mohamed Tuhami pertenece al segundo grupo. Hace no tanto se postulaba como uno de los canteranos más prometedores. Su nombre siempre apuntaba a la primera plantilla, pero no terminaba de dar el salto. Podría haber pensado que no era por su culpa, que no le faltaba aptitud ni actitud, que no había intención en el club de permitirle progresar. No digo que no lo pensara, pero aparcó ese freno, no desistió. Quería ser futbolista y quería serlo en el Real Valladolid. El primer equipo, mientras tanto, daba tumbos. Ilusionaba en agosto, machacaba las expectativas antes de Navidad. Así un año tras otro.
Cuando el pasado verano ya parecía que iba a ser que sí, Anuar recibe otra bofetada. No tenía hueco en la primera plantilla. El destino, tras caminar, estaba, de nuevo, más lejos. Poco a poco fue capaz de hacer girar a las tornas. Del zig al zag en apenas un trimestre: hoy es protagonista. No por el gol, que ni es lo suyo ni le puede servir como medida, sino por sus actuaciones en el campo. Nadie duda ya de que quiere, puede y sabe. De que ha llegado para quedarse. Con un poco de continuidad, además, podrá mostrar que la plaza de titular no le queda grande. Sobre la sociedad que forma con Toni, uno frena y aprieta, el otro recibe y crea, se debe asentar el futuro del equipo. Verles asociarse en el campo es un placer por el cómo lo hacen y por lo que significa. Si ambos se asientan, el año habrá merecido la pena. No ha sido fácil para ninguno, pero aquí están. No es de extrañar que Anuar celebre el gol con tanta rabia. Su mordedura de labio es una reivindicación. Aquí quise estar, aquí estoy. 

Publicado en "El Norte de Castilla" el 20-12-2017

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